En Aigua Clara contamos con una amplia experiencia en alimentación ecológica, vegetariana, macrobiótica y vegana. Apostamos por el producto de calidad, cercanía y sostenible. En nuestra tienda podrás encontrar:
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Alimentos procedentes de agricultura ecológica
La agricultura ecológica es la actividad agrícola productiva que se caracteriza porque tanto en los procesos de producción como en su posterior transformación, no utiliza sustancias perjudiciales ni para los seres humanos ni para el medio ambiente.
En los cultivos ecológicos las técnicas que se utilizan son las que han acompañado a la humanidad desde los primeros pasos de la civilización, de manera que están avaladas por miles de años de utilización.
Estos procedimientos están encaminados a fomentar la biodiversidad necesaria para encontrar un equilibrio del medio natural, y potenciar los procesos físicos y químicos naturales que activan la fertilidad de la tierra.
Frente a ésta, la actual agricultura convencional y mayoritaria hace un uso masivo de los plaguicidas, que se han convertido en una amenaza persistente para todos los seres vivos. Sus efectos negativos son muy diversos y afectan a un gran número de organismos y ecosistemas diferentes. Inciden en la contaminación ambiental directa sobre el aire, la tierra y las aguas, y además su acción perjudicial es acumulativa a la cadena trófica.
La experiencia y tradición de nuestros agricultores, sumadas a la adopción de nuevas y sostenibles tecnologías aplicadas a la agricultura, hacen posible a Aigua Clara disponer de unos productos para el consumo libres de venenos y con un equilibrio nutricional adecuado.
Alimentación saludable y equilibrada y sus efectos en la salud
Se podría pensar que la aparición y el incremento de la medicina natural y las terapias alternativas en los últimos años se debe a un fenómeno moderno, pero no es así. De hecho, la mayoría de la medicina que se practicaba hasta el final del siglo XVIII era una medicina “tradicional” fomentada en prácticas y conocimientos antiguos que venían de la China, la India y la cultura griega.
Desde tiempos muy antiguos, las atenciones a los enfermos eran practicadas por curanderos que se guiaban por la sabiduría popular según la cual la enfermedad es un trastorno de toda la persona, que engloba el cuerpo del paciente y también su mente, la imagen que tiene el paciente de si mismo y su dependencia con el entorno físico y social. Estos curanderos, que en muchas partes del planeta aún siguen tratando a la mayoría de enfermos, utilizan una gran variedad de técnicas naturales.
Es precisamente con la revolución industrial, con el surgimiento de una nueva clase social y la configuración de un nuevo paradigma científico en el mundo occidental, cuando se rompe con las antiguas prácticas médicas y se considera el cuerpo humano como una máquina que puede analizarse desde el punto de vista de sus partes; la enfermedad se contempla como un funcionamiento defectuoso de los mecanismos biológicos y en consecuencia el papel del médico es intervenir, para corregir las disfunciones de una parte específica del cuerpo.
El entorno social y ecológico
Esta concepción reduccionista olvida el papel tan importante que juega el entorno social y ecológico en la pérdida de la salud física, psíquica y mental. Esta situación se ha visto agravada por la industrialización creciente de la misma institución e infraestructuras médicas que ha comportado nuestra transformación de personas sanas en pacientes pasivos, que desconocemos nuestro propio cuerpo.
Las insatisfacciones y los problemas derivados de esta práctica médica han comportado en consecuencia el resurgimiento en Occidente de las antiguas terapias y de las medicinas no agresivas y preventivas, desde diversas variedades de medicina natural hasta la multitud de terapias y técnicas:
- homeopatía
- hidroterapia
- osteopatía
- reflexología
- flores de Bach
- aromaterapia
- técnica Alexander
- kinesiología aplicada
- yoga
- taichí,
Visión integral y holística de la vida
Detrás de estas prácticas hay en mayor o menor dimensión, una visión integral de la vida que va más allá de los límites disciplinarios, científicos y conceptuales del mundo académico actual, y considera el mundo desde el conjunto de las relaciones y las integraciones, y que los sistemas están todos integrados.
En lugar de concentrarse en sus componentes básicos o en las sustancias fundamentales, el enfoque integral u holístico insiste que cada organismo constituye un todo integral, siempre y en todo momento es un hecho más importante que la simple suma de sus partes.
No obstante, esta nueva línea de medicinas y terapias naturales se moverá básicamente hacia una ideología individualista, interclasista y moderada en los planteamientos sociales si no se relaciona con bastante fuerza los problemas de salud y enfermedad con los graves conflictos económicos y sociales que genera el capitalismo y que influye de forma directa y decisiva en nuestros desequilibrios.